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RefleCine

19.7.05

La paradoja del amor eterno

Tengo la mala costumbre de ver las películas por partes. El domingo me alquilé Amor Eterno, comencé a verla bajo cierto estado de ánimo y la abandoné cuando iba por la mitad. Cuando la retomé ayer, todo había cambiado, mi visión ya no era la misma.

El director y la estrella de Amelie, Jean-Pierre Jeunet y Audrey Tautou, crean una historia de amor diferente, basada en la aclamada novela de Sebastien Japrisot.

Estamos en Francia sobre el final de la Primera Guerra Mundial. En las trincheras francesas cinco soldados desesperados se disparan la mano a si mismos, con el objetivo de ser relevados del frente de batalla. Sin embargo, una corte marcial los declara traidores a la patria. En vez de ejecutarlos se los libera a su suerte para que mueran en manos enemigas. Mientras tanto en París, una joven se embarca en una investigación vertiginosa para saber la verdad acerca de su novio, a quien todos dan por muerto.

Me hizo recordar a Amelie en varias ocasiones, ya que muchos de sus actores también participan en ésta. Cuenta con imágenes brutalmente bellas, conserva esos colores tan particulares que el director supo plasmar en el celuloide de su anterior película.

Ésta es una historia que deja al descubierto lo absurdo de la guerra, hace hincapié en la pasión duradera, la intuición y la tenacidad del corazón humano.


Cuando terminé de verla, me reí al comprobar que mi novia se habia llevado sus cosas a lo de su madre, incluido el control remoto. ¿Qué hago? ¿La llamo y se lo reclamo? ¿O me olvido de ella y el control remoto? (CB)


 
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