La Alicaída

“La Caída” (Der Untergang, título original en alemán) es un documento histórico además de una película. Lo que produce más impresión al espectador es ver a Hitler como el personaje principal, cuando generalmente el Führer aparece en un rol secundario.

Mostrar a Hitler como un hombre enfermo de Parkinson, que sufre, que duda, que siente la muerte cerca y que fundamentalmente tiene disociaciones con la realidad que vive, puede ser de gran ayuda para entender al humano más en profundidad y es uno de los logros del film.

Mientras algunos dicen que Hitler es una bestia irracional, Adorno señala que es la máxima expresión de la razón instrumental, valora el resultado sobre el proceso. Creó toda una maquinaria de exterminio que no tiene nada de irracional, es la planificación más pura y sistemática.

A menudo se lo intenta marginar como ser humano porque representa una vergüenza, un deshonor, algo con lo que no queremos tener nada en común. Así nos sentimos más tranquilos.

La película relata los días previos a la rendición del “eje” frente a los aliados en la Segunda Guerra Mundial. En el bunker, vemos a un Hitler cordial con su secretaria, muy enamorado de su esposa – Eva Braun – pero al mismo tiempo abatido, traicionado y sin ganas de continuar con esa locura.

“El pueblo no importa, si es débil debe morir” o “no me permito tener compasión”, son algunas de las frases que impresionan.

Una nota aparte merece el actor Bruno Ganz, sobre la composición de Hitler. Es notable su parecido físico y en ciertas escenas, en donde se lo nota enojado, logra una actuación sublime, pocas veces vista en pantalla.
La película es totalmente recomendable. Mírenla con los ojos bien abiertos, allí encontraran alguna esencia del porqué el humano trata de destruirse a si mismo. (CB)