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RefleCine

31.8.05

Patito feo

¿Quién no se ha preguntado alguna vez: soy un monstruo o es esto ser una persona? Clarece Lispector

“Tenés que ir a ver a los chicos de El Descueve”, me recomendaron hace unos años. No hice caso hasta ahora. No sabía bien con qué mi iba a encontrar. Patito feo es una obra difícil de definir pero que sorprende en cada escena.

Ritmos familiares y otros, no tanto. La obra presenta la desnudez saltando a la soga durante extensos minutos. Como en un huevo una mujer salta. Su latido rojo va cada vez más rápido. Todo se acelera hasta salir de la esfera. En otra escena los hombres bailan un malambo mientras le enseñan a otro cómo seducir. La pura sensualidad de los cuerpos. Un final bien criollo, un domador y una mujer bailan. Y su danza erótica se transforma hasta convertirse en una doma, una jineteada argentina.

Con la estructura aproximada de un musical, escenas de danza y teatro construyen un estilo propio, una mezcla híbrida. Los actores provienen de disciplinas diversas y capaces de virar una conversación del pensamiento abstracto al chiste grueso.

El Descueve, estos cinco artistas –Gabriela Barberio, Mayra Bonard, Carlos Casella, Ana Frenkel y María Ucedo– que organizan un sistema rotativo de dirección para cada una de sus obras. Debutaron en 1990 con Criatura. Integraron el elenco de VillaVilla con De La Guarda. Actuaron en Inglaterra, Alemania, España, Holanda y Estados Unidos, entre otros países.

Patito feo se nutre de la historia del cuento de Andersen para mostrar lo que está detrás de la realidad visible. Mientras Bonard dirige, los otros cuatro intérpretes suman tres invitados al escenario: Daniel Cuparo, Juan Minujín y Susana Szperling. Diego Vainer es el autor de la música original, y se agrega Dejà vu, canción de Diego Frenkel.

Las funciones, viernes a las 21.30 y sábados a las 22.30, se realizan en el Cubo Cultural, en Zelaya 3053. (VB)


 
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