.comment-link {margin-left:.6em;}

RefleCine

20.9.05

Lecturas de primavera

La semana pasada, se realizaron las primeras jornadas internacionales de poesía en la Casa Carriego con la participación de poetas argentinos, austriacos, brasileños, búlgaros, cubanos, noruegos, mexicanos, entre otros.
De estas actividades siempre me entero tarde. Solo pude participar de la última jornada. Con sorpresa, el primer poeta y excelente lector fue Osvaldo Bossi a quien conocí el verano del 2004 cuando coordinaba un taller en el Rojas. Presentó su último trabajo Camino del lobo.


“Cada cual es su monstruo, ¿no será suficiente?”, pregunta en sus textos. “No tengo amigos pero me llevo bien con los relámpagos. Sueño con un cuerpo distinto cada vez. Mi madre se horroriza al verme y mi padre se divierte conmigo”.

Como dice en sus versos de Las escondidas, “éramos niños lobos en la oscuridad, escondernos juntos sin que nadie nos descubriera. Si hubiéramos sido una pareja de recién casados hubiéramos dicho: ‘por fin solos’. Los pájaros se callaron como si fuéramos emisarios de alguna tragedia. No sabíamos que la carne podía abrirse y cerrarse así.” Tal vez, mi cita pierda mucho del encanto al no ser textual.

Por otra parte, el poeta cubano Juan Carlos Rivera Quintana desplegó su poemario todavía en proceso Maneras de asesinar por la espalda poblada de imágenes marinas y malvadas. Algunos de sus trabajos son Isla adversa, Inacción en el establo vacío, La nada, Cábala, Febrero inoportuno, entre otros. Con ritmo veloz y habanero, Rivera Quintana presentó en sus textos los conflictos del exilio, los marineros en busca de faros lejanos y las puertas cerradas sin oportunidades para los pescadores. Homenajeo a reconocidos compatriotas como Reinaldo Arena que decía: “Dios está en la taberna bebiendo como un condenado”.

Para concluir la poetiza, Irene Gruss. Entre sus obras se encuentran La luz en la ventana, El mundo incompleto, La calma, Sobre el asma, Solo de contralto, En el brillo de uno en el vidrio de uno y La dicha. Con sus versos ágiles y un cigarrillo en la mano, Gruss seleccionó trabajos nuevos como La ponedora, Eclipse, Luna, La emperatriz Sisí y una serie de coplas.

La noche se oscureció entre verso y verso. Los poetas salieron al patio a fumar y recibieron con gusto a los amantes de las letras. Con las palabras todavía frescas, caminé por las calles de Palermo junto al eco de aquellas voces. Ahora tenía buena compañía. (VB)

4 Comments:

Publicar un comentario

<< Home


 
Blogs México  Bitacoras.com