Glamour

Image: Natalia Rubinstein. Gracias!

El recuerdo de años llenos de glamour me trajo hasta Pehuajó.
Por fin, después de tantos años podía pasar unas semanas.
Pensé, “más puede resultar corrosivo”.
La familia,
los amigos
el barrio
y la vida retirada
de una ciudad del interior de la provincia de Buenos Aires.

La pileta limpia y el verde recién cortados,
el olor de los duraznos pulposos,
y las ciruelas remolacha esperando ser recogidas.
Los racimos de uvas y las brevas a punto de explotar.

Cuando nadie los ve
los benteveos bajan en picada sobre el agua fresca.
Se suman, también, un pájaros carpintero
su mechón rojo lo delata a la distancia.

Y, sin embargo,
el gato negro siempre rompe la pasividad
acecha en el fondo del terreno como una sombra.
Por fin, se aleja por un camino ya definido
y estalla la fiesta.

¿Qué más puedo pedir?
Que no deje de pasar el único colectivo que nos lleva a las piletas.
Que haya naranjas jugosas,
Y que pueda volver cada verano.
(VB)