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RefleCine

17.2.06

Subte

Nos refugiamos en el subte porqué nos dijeron que evacuemos nuestros hogares. Los medios preveían un ataque inminente contra la ciudad. Sólo un loco se quedaría esperando la muerte. El subterráneo fue el lugar elegido por miles de individuos. Los túneles tenían un aspecto surrealista al ser transitados por cientos de personas con sus linternas. Parecíamos estar a salvo, las bombas no nos harían daño.

Durante las primeras diez horas los nervios gobernaban nuestros cuerpos, aunque todo fue muy organizado. Llegamos a la mitad del túnel y nos detuvimos a esperar. “¿A esperar que?”, me pregunté mudamente. “El ataque está cerca”, murmuró aquel que estaba a mi lado, respondiendo sin querer mi pregunta.
El piso estaba húmedo, inundado diría. Las condiciones sanitarias ya eran alarmantes. El olor y el miedo petrificaban a la gente, que imploraba al todopoderoso que todo acabara pronto. Me permití dudar del ataque, por lo menos internamente.

Si sobrevivimos a la bomba, el miedo se instalaría entre nosotros. ¿Como viviríamos? Las primeras bombas serían todo un acontecimiento, pero que pasaría luego, si caía una bomba y despedazaba a alguien mientras estábamos en el cine. ¿Que haríamos? Sacarnos los pedazos de tripas de la cara y continuar disfrutando el film. Me alarmaba lo insensible de seguir con la vida mientras todo moría a tu lado. Ellos ya ganaron. Nuestros nuevos fantasmas, el verdadero miedo, es el miedo a vivir con miedo sin saber con miedo a qué. (CB)


 
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