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RefleCine

19.1.06

Fluir

Subimos al colectivo, está vacío. Parada, fila interminable de seres humanos. Completan la capacidad disponible en milisegundos, y siguen subiendo a borbotones. Se acomodan cual piezas de tetris, no queda espacio vacío. Somos claustrofóbicos y gentefóbicos, aire, por favor. Para bajar, es necesario nadar, está densa la masa, lo logramos.

En la calle, similar situación. Unos se chocan con otros, no hay espacio para caminar, hay que esquivar, y los bloqueos de acera son frecuentes. Observamos la salida del subte en hora pico y la gente fluye como líquido a presión, como escapándole al que viene atrás.

En el shopping, los pasillos anegados nos invitan a no entrar. ¿De donde sale toda ésta gente?, nos preguntamos. Aunque formamos parte del mare mágnum.

Quizás, a la mañana nos quedamos viendo el fluir del agua por la canilla, o en la pileta cuando vamos a nadar, o cuando alguien sirve líquido en un vaso. Y el agua nos atrapa, nos condiciona. Queremos ser agua, no hay duda. Fluir como ella por los infinitos canales de la vida y nunca detenernos, nunca evaporarnos. Ahogarnos en nosotros mismos. Ocupar inmediatamente todos los lugares vacíos, porqué el agua hace eso, no soporta la ausencia, su ausencia. (CB)


 
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